CONOCER A MARIA
Eres la Virgen de las vírgenes, toda suave y hermosa, resplandeciente como una estrella, dulce como una rosa, blanca como una margarita, luminosa como el sol y la luna en el cielo y en la tierra. Eres Virgen mansa, inocente como una corderita, simple como una paloma, prudente como una noble matrona, servicial como una humilde criada. Eres santa raíz, cedro excelso, vid fecunda, fruto dulcísimo, majestuosa palmera. En ti se encuentran todos los bienes y por tu medio se nos conceden los premios eternos. Por consiguiente, mientras vivamos, todos debemos recurrir a ti, como hijos al regazo de la madre y como huérfanos a la casa del padre, a fin de ser protegidos de todo mal por tus gloriosos méritos y tus oraciones.
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