SANTIDAD
¿Queréis conocer el camino de la santidad? A la santidad se va por el amor de caridad, y no hay otro camino. Pero, ¿cómo ha de ser el amor de caridad? San Benito dice que lo vive quien le abre al voluntario de Cristo; el mendigo: y para esto hay que tener tres corazones. El primero ha de ser un corazón de fuego. Corazón de fuego para con Dios, a fin de no pensar ni hablar más que de Dios, recibiendo con resignación los trabajos conformándonos con todo con su santa voluntad. El segundo debe ser un corazón de carne. Corazón de carne para con el prójimo, que nos mueva a socorrerlo en todas sus necesidades con la instrucción, el consejo y la oración; a tener gran compasión a los pobres pecadores y a las almas del purgatorio, para que el Señor las lleve al eterno descanso. El tercero debe ser un corazón de bronce. Corazón de bronce para con uno mismo, que nos haga aborrecer todo género de sensualidad, resistir sin tregua el amor propio, mortificar el cuerpo y sujetar las malas inclinaciones de la naturaleza pervertida. Con estos tres corazones, el amor nos merece la recompensa de la otra vida.