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junio 2024

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ORACIÓN PARA EL AMOR Y LA ALABANZA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA Que todo el género humano te alabe, glorifique, venere en sumo grado y te ame íntimamente con máximo júbilo del corazón y con purísimo afecto, a ti, la más bella Reina de todas las vírgenes, oh siempre Virgen María, constituida como medianera de todo el

ORACIÓN PARA EL AMOR Y LA ALABANZA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA Que todo el género humano te alabe, glorifique, venere en sumo grado y te ame íntimamente con máximo júbilo del corazón y con purísimo afecto, a ti, la más bella Reina de todas las vírgenes, oh siempre Virgen María, constituida como medianera de todo el

ORACIÓN PARA EL AMOR Y LA ALABANZA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA Estrella luminosísima que brillas en el cielo; Reina de la gloria, Señora del mundo, ninguna virgen llena de celestial virtud puede parangonarse con tu virginal belleza dado que, después de tu único Hijo Jesús, eres la primera entre todos los santos y santas, como asimismo

ORACIÓN PARA EL AMOR Y LA ALABANZA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA Tú eres la honra del cielo, el gozo y la dicha de todos los santos, la almohada revestida de oro del Santo de los santos, el alborozo y la expectación de los Padres antiguos. Por tu intermedio, Madre bendita y Virgen elegida de singular manera,

ORACIÓN PARA EL AMOR Y LA ALABANZA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA Si así no fuera, ¿cómo podría infundirse en los miserables y en los pecadores una dulzura tan intensa en el consuelo, y cómo podría comunicarse tanta esperanza de perdón? Por otra parte, tú no podrías ser menos, ya que llevaste en tu seno durante nueve

ORACIÓN PARA EL AMOR Y LA ALABANZA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA Virgen María, rosa de oro, toda suave y bella, ruego que lleguen a ti mis oraciones, que elevo con insistencia. Por medio de ellas yo golpeo a la puerta de tu morada en la casa del Señor, confiado en tu generosa misericordia ahora y en

ORACIÓN PARA EL AMOR Y LA ALABANZA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA El hijo. Te ruego, benignísima Madre de Dios, Virgen María, que te dignes manifestarme ahora y por siempre a mí, tu pobre y débil servidor, tu misericordia y tu suavísima caridad, de las que estuviste siempre colmada, y tu me inocules en lo más profundo

Monseñor Dupuy, obispo de Argel, fue llamado un día a. visitar a una enfermita pobre que hacía meses guardaba cama consumida por la fiebre de una horrible úlcera en el pecho. — Hija  mía —le dijo el prelado—, ¿cómo puedes aguantar tan terribles dolores? — Mirad, señor: —contestó la enfermita señalando un ventanuco entreabierto—. Este trocito de cielo que

Yendo de caza, dos nobles caballeros encontraron a un ermitaño que en una miserable choza llevaba una vida muy penitente, y le preguntaron: — ¿Cómo te arreglas para poder estar aquí? ¿No experimentas melancolía y malestar? Respondió el ermitaño: — ¡Oh, sí que lo experimento!, pero cuando sufro o estoy triste voy a aquella ventana —y señalaba la de