GOTAS DE ESPERANZA
El famoso literato francés La Harpe († 1803), poeta de las bacanales parisinas, en un principio aceptó las ideas de la revolución, Ligado amistosamente con los enciclopedistas. Mas, encarcelado como sospechoso, reaccionó en la prisión. ¿De qué modo? Comenzó a preguntarse a sí mismo: « ¿Estoy en lo cierto?» El corazón le respondió que no. Y
EL ACTO DE AMOR A DIOS PONE AL ALMA EN GRACIA
Juan 14,21. (Pero para comulgar, si había pecado grave, hay que confesarse antes, para que la Iglesia se cerciore de la sinceridad del arrepentimiento -ver Juan 20,23-y ayude a la conversión.)
SE ANATEMA EL QUE NO AME A CRISTO
l Corintios 16,22 El que no quiera al Señor, ¡sea anatema! "Maranatha".
INCLUYE EL AMOR AL PROJIMO
Mateo 18,33 ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, como también yo me compadecí de ti? Vu: CARIDAD FRATERNA I Juan 4,7 y siguientes. I Juan 4, I I Queridos, si Dios nos amó de esta manera. también nosotros debemos amarnos unos a otros. I Juan 4,20 Si alguno dice: "Amo a Dios", y aborrece a su hermano, es
ES FRUTO DEL ESPIRITU SANTO
Gálatas 5, 22 En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad. (Ver: Roma- nos 5,5.)
EJEMPLOS DE AMOR A DIOS, ANTE LA AMENAZA DE MUERTE
Tobías 2,4 Me levanté al punto y sin probar la comida, alcé el cadáver de la plaza y lo dejé en una habitación, en espera de que se pusiera el sol, para enterrarlo. 5 Volví a entrar, me lavé y comí con aflicción, 6 acordándome de las palabras que el profeta Amós dijo contra Betel: "Sus
EL AMOR ES FUERTE COMO LA MUERTE
Cantares 8-,6 Ponme cual sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo. Porque es fuerte el amor como la Muerte
AMOR A DIOS. POR ENTERO
I Reyes 18,21 Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: "¿Hasta cuándo van a estar cojeando con los dos pies? Si Yahvé es Dios, síganlo; si Baal, sigan a éste". Pero el pueblo no le respondió nada.
AMOR A DIOS
Salmo 132 ( Jn.31 ), 1 Acuérdate, oh Yahvé, en favor de David
CONOCER A MARIA
A JESUS CON MARIA Ninguna madre experimentó tanta alegría ni tanto consuelo en el nacimiento del propio hijo, como los que experimentó esta Santísima Madre, que mereció concebir y dar a luz al Hijo de Dios. De igual modo, ninguna madre sufrió y soportó tanto abatimiento y tan desgarrante dolor por la muerte del propio hijo, como