ALEGRIA
ALÉGRENSE EN DIOS LOS DE CORAZÓN RECTO Salmo 12 Y se alegren los que a ti se acogen, se alborocen por siempre; Tú los proteges, en ti exultan los que aman tu nombre. Salmo 32 (31), 11 ¡Alégrense en Yahvé, oh justos, exulten, griten de gozo todos los rectos de corazón! Salmo 58 (57), 11
ALEGRIA
ALÉGRENSE EN YAHVÉ LOS QUE TE BUSCAN Salmo 70 (69), 5 [En ti se gocen y se alegren todos los que te buscan! [Repitan sin cesar: "Grande es Dios", los que aman tu salvación! Salmo 105 (104), 3
NI ALABAR NI DESPRECIAR POR LAS APARIENCIAS
Eclesiástico 11,2 No alabes nunca a un hombre por su buen parecer. ni abomines de nadie por su aspecto.
NO ALABARSE A SI MISMO
Proverbios 27 ,2 Que otro te alabe y no tu propia boca; un extraño, que no tus labios.
BUSCAR NO LA ALABANZA DE LOS HOMBRES, SINO LA DE DIOS.
Mateo 6, 1-6. Ver: VANAGLORIA Mateo 6, 16 "Cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan; en verdad les digo que ya recibieron su recompensa. 17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro
PENSAMIENTOS
He visto alguna vez, en un día crudísimo de invierno, uno de esos grandes carros de carbón que pasan por la calle. Sobre los grandes montones de combustible se acurrucan unos hombres que tiemblan de frío. Entonces he pensado en lo triste que es ir sobre una fuente de calor vivificante y estar a punto de
GOTAS DE ESPERANZA
He visto alguna vez, en un día crudísimo de invierno, uno de esos grandes carros de carbón que pasan por la calle. Sobre los grandes montones de combustible se acurrucan unos hombres que tiemblan de frío. Entonces he pensado en lo triste que es ir sobre una fuente de calor vivificante y estar a punto de
GOTAS DE ESPERANZA
Dos ranas que viajaban alrededor del mundo cayeron un día en un gran jarro de nata. ¡Qué susto! Una de ellas, de espíritu apocado, se encogió desesperada: «Debe de ser agua envenenada
GOTAS DE ESPERANZA
Pasaba un día Pío XI a lo largo de las filas de peregrinos durante una audiencia, cuando sus ojos se fijaron en un muchacho ciego. El papa se detuvo y alzó su anillo hasta los labios del chico, el cual empezó a temblar de emoción mientras saltaban lágrimas de sus ojos vacío — Querido —le dijo el