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mayo 2021

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LA PERDIDA Y EL HALLAZGO DE JESUS Por consiguiente, no debe parecerme una cosa extraña ni una novedad que yo pierda a Jesús. Pero sé que esto sería dañoso para mí y muy doloroso para mi corazón Confieso que soy culpable y digno de graves castigos, porque no he guardado bien mi corazón y me he portado

LA PERDIDA Y EL HALLAZGO DE JESUS EL HIJO. No siempre se encuentra Jesús donde se le busca; pero con frecuencia se le encuentra donde menos se cree. Por eso, que nadie presuma de ser el único en poseer a Jesús; que nadie desprecia a otro, porque ignora en que media puede agradar internamente a Dios, realidad que

Los placeres (pasiones) fortuitos del cuerpo deben tener para nosotros el mismo puesto que en campaña los auxiliares y las tropas ligeras (tienen que servir, no mandar), sólo así son útiles para el alma (De vita beata (VIII) No hay mas que dos especies de hombres: Una, la de los justos que se creen pecadores y la

Jesús había ya dicho que debía ir hasta los confines de la tierra a llevar el Evangelio y así lo he hecho. He recorri­do más de 20,000 Km en veinte años, a pie o en embarcaciones de hace veinte siglos. He estado en Asia Menor, en Roma, España, Malta, fundando pequeñas comunidades. Después he mantenido el

Cuando una persona siente que la muerte se aproxima hace un testamento. Yo no tengo riquezas para dejar a mis parien­tes, siempre he trabajado para comer, mías son las palabras "quien no trabaja que no coma". Sin embargo he dejado un Testamento, que son las palabras que han escuchado. La gente tiene miedo de morir

Cuando la encarnizada lucha electoral que había de dar un escaño en el Parlamento a O'Connell, un pobre irlandés estaba en la cárcel por no poder pagar lo estipulado a un rico hacendado de Inglaterra. Éste fue a vedo a la cárcel para lograr el voto del pobre preso. Le prometió la libertad si votaba contra

En una noche espléndida miraba Jörgensen, cuando era un muchacho, el cielo rutilante de estrenas. Con un planisferio celeste, iba buscando astros y constelaciones, los observaba con interés y grababa sus nombres en la memoria. Llegó su madre; y él empezó a explicarle con calor las maravillas del mundo sideral: los centenares y millares de soles,